Este blog lo escribo hoy desde la intersección de Polk Street y Vallejo, en San Francisco. Volví a la ciudad para un curso, y decidí quedarme un par de días para recordar viejos tiempo. Encontré la ciudad igual de atractiva que siempre, y volví a sentir la atracción y amor por esta ciudad que se me despierta cada vez que recorro sus calles, sus barrios, sus bares y sus cafés. Pero por encima de esta atracción por la ciudad y su entorno, la pregunta que me he hecho constantemente es si podría ser más feliz aquí que en otro lugar, incluyendo donde vivo actualmente. Comparto esta historia aquí, con ustedes, porque creo que en el fondo Todos… todos nos hacemos la misma pregunta, seguramente en tu caso no es con San Francisco, y la escenografía seguramente es diferente, pero en general todos nos preguntamos si seriamos más felices si nos hubiéramos casado con otra persona, si hubiéramos aceptado aquel trabajo que nos ofrecieron, si hubiéramos invitado a tomar una copa a esa mujer que tanto nos gustaba, en fin, todos tenemos un montón de “y que tal si” en nuestras vidas que hubieran marcado caminos tal vez muy distintos, o tal vez no.
Para aquellos que no han tenido estos momentos de “y que tal si”, mi recomendación es que se atrevan más, que vivan más cosas, que salgan de su zona de confort y que vean que la vida es mucho más del sueño tradicional del trabajo, la familia y la tierrita que nos han vendido en los medios, la religión y la sociedad moderna.
Para todos los demás que han tenido estos pensamientos en algún momento, para aquellos que como yo que han vivido, han intentado, han fracasado y han triunfado, pero que por encima de todo, no se cansan de explorar, experimentar y buscar ser lo mejor que pueden ser, para esos van estas reflexiones.
Esos momentos de “y que tal si”, son el reflejo de que hemos vivido, de que hemos tomado opciones y que no es solo la vida la que ha decidido por nosotros, lo que ya es un gran logro. Esas opciones que hoy vemos en el retrovisor, nos dicen que hemos tenido y que tendremos horizontes, nuevos caminos, nuevas pasiones y nuevos sueños, si los dejamos ser y nos atrevemos a seguir en el camino de la búsqueda, cualquier que sea: la de un hobby, la de una carrera que nos apasione, la del amor y la vida en pareja, la de la forma de aprovechar al máximo nuestras ideas y nuestras capacidades, etc.
Cada una de esas opciones ha sido un punto de quiebre potencial que la vida o nuestro propio inconsciente nos ha permitido vivir para que en cada una de estas, podamos escoger / elegir el que queremos ser, lo cual he venido a entender es la verdadera razón de estar aquí en este mundo; buscando que en cada acción escojamos quienes somos realmente, que nos gusta de la vida, que no nos gusta, como somos realmente y como queremos ser.
Por eso, cada “y que tal si”, significa una oportunidad para que decidamos en lo más profundo de nuestro ser quienes somos realmente, y quienes queremos ser. Cada una de estas oportunidades que nos pone la vida, nos permite entender que es lo que realmente queremos vivir y hacer, por encima de lo que la vida o la sociedad nos ha impuesto o vendido como el ideal de vida, lo apropiado para cada uno o el deber ser de estar aquí.
Pero nada de esto serviría, si no nos tomamos el tiempo para pensar en cada opción que tenemos y que hemos tenido, entender los patrones que todas estas tienen, los mensajes ocultos y encriptados que se nos envían en cada una de estas, para que así podamos comprender y recordar que queremos ser realmente y que mensaje nos manda la vida o mejor, nosotros mismos, sobre lo que estamos buscando realmente en la vida y las decisiones, renuncias y acciones que debemos tomar para alcanzar el máximo potencial, la verdadera razón de ser y de alcanzar la felicidad.
Al final de cuentas, para poder ser feliz y estar en paz, se debe estar en el camino adecuado. Alguien me decía que la verdadera felicidad es inversamente proporcional al tamaño del gap (la diferencia o el espacio entre uno y otro) entre lo que somos (la realidad que tenemos) y lo que siempre hemos querido ser (la realidad soñada o idealizada), y que entre más grande sea este gap, más infelices seremos. Este gap puede reducirse de múltiples formas: haciendo cosas que nos hagan más felices para que la realidad se parezca cada vez más a la idealizada o la soñada, o aceptando el hoy como la realidad que tenemos y el mejor lugar para alcanzar esos sueños. Ambas aproximaciones adecuadas y que desde mi punto de vista deben ser “trabajadas” con igual intensidad: entender que donde estamos es el mejor lugar para siempre querer alcanzar los sueños, sin idealizar aquel futuro, ni descartando el presente como algo inferior a nuestro sueño del hoy.
Esto aplica para la vida profesional y para la personal. En la profesional por ejemplo, si estas en el camino o el “track” de ser un CEO, pero tu sueño es ser emprendedor, puedes dejarlo todo para ser emprendedor, pero es un camino agresivo, o puedes combinar las dos actividades, dedicando tus horas de trabajo a tu carrera actual, y buscando en las noches proyectos de emprendimiento donde puedas aportar tu conocimiento y experiencia para la construcción de ese sueño en particular; así, el gap o la diferencia entre lo que quieres ser (o lo que percibes de la realidad de hoy y el futuro esperado se irá reduciendo, por ende, aumentara tu felicidad). Si el problema es la realidad que tienes, y sigues pensando que el camino alterno hubiera sido mejor que el actual, piénsalo dos veces, porque lo que escogiste en aquel momento, fue lo mejor que hubieras podido escoger, y es imposible que hoy mires para atrás y puedas tomar una decisión distinta a la que tomaste; en ese momento fue la mejor, y por eso estas donde estas y si no fue la mejor, era la requerida para que aprendieras algo.
San Francisco estará siempre en mi corazón, como las mujeres que ame, los buenos amigos que tuve en algún momento especial de la vida, las tardes de gozo o los hobbies que he tenido; todos estarán ahí como un recuerdo maravilloso, pero no significan que hubieran sido el camino adecuado ni mejor que el actual.
La pregunta de fondo es, que hago con el hoy, para reducir el gap entre lo que espero de la vid: a y lo que es hoy: Yo al menos, ya tengo el plan para reducirlos. Y ustedes, tienen ya un plan para esto?
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Juan F. Arango
Twitter: @arango_juan